dimecres, 30 de setembre del 2009

Círculo Eranos

El Círculo de Eranos (en alemán Eranoskreis), organización interdisciplinar de análisis multicultural científico y filosófico, fue el nombre escogido por Rudolf Otto para los encuentros anuales llevados a cabo en casa de Olga Fröbe-Kapteyn (1881-1962). Su objetivo original era explorar los vínculos entre el pensamiento de Oriente y Occidente.

En griego, eranos [ερανος] significa ‘comida en común, comida frugal donde cada uno aporta su parte, celebración compartida’. Si Rudolf Otto, como “denominador”, y Frau Fröbe, como “fundadora”, componen los dos vértices del triángulo simbólico naciente, será C. G. Jung quien ocupe el tercer vértice, como “inspirador”. Será, por lo tanto, el acercamiento multidisciplinar de un grupo de sabios, científicos, investigadores y especialistas el que cristalice y dé forma a los valiosos resultados de esta fiesta compartida. Cada conferencia tiene una duración de unos ocho días, durante los cuales todos los participantes comen, duermen y conviven juntos, promoviéndose una proximidad que alienta una atmósfera de discusión dialéctica. Cada año un nuevo tema es presentado y la idea es que cada pensador delibere durante dos horas acerca del mismo —su contribución al “banquete de ideas”— planteando un esbozo pictórico el cual es inmediatamente compartido y complementado por las diversas pinceladas provenientes de las diferentes paletas intelectuales. De este modo nos introduciríamos en una Gestalt colorista generada por la sinergia caleidoscópica de múltiples pensadores inmersos en un productivo discurso intelectual.
A partir del año 1933 se gestará la fundación e inicio de las sucesivas reuniones y conferencias anuales, celebradas durante el mes de agosto en Ascona (Suiza), a orillas del Lago Mayor, prolongándose a lo largo de 55 años y perdurando hasta el año 1988. A partir de 1989, Eranos deja su ciclo clásico de conferencias para reducirse a comités que estudian temas monográficos bajo la dirección de Rudolf Ritsema (1918-2006). Actualmente funciona un grupúsculo de signo orientalizante y otro de signo intercultural.

La publicación de la serie Eranos-Jahrbücher (cuadernos de Eranos) —recopilación de las conferencias pronunciadas en los encuentros del Círculo de Eranos— constituye, en palabras de Mircea Eliade, “una de las mejores colecciones científicas referidas al estudio de los simbolismos”.

Significatividad del Círculo [editar]

Subyace a todo el discurso de Eranos la búsqueda de sentido, la hermenéutica simbólica del sentido, la conjunción de opuestos, la compensación e integración de la unilateralidad polarizada a través del Símbolo. Según refiere Andrés Ortiz-Osés “resulta al respecto ilustrativa de la posición mediadora (complexio oppositorum), tanto de Jung como de Eranos, la respuesta que el gran psicólogo suizo hizo llegar a la fundadora de Eranos en 1945”.[1] Ante la disyuntiva suscitada por tener que escoger entre su maternidad y la dirección de Eranos, Jung responde:
Su trabajo vital por Eranos ha sido imprescindible y adecuado, aunque entre en contradicción con sus deberes de madre, que también son imprescindibles y adecuados. Lo uno es necesario, pero también lo otro: no hay que tomar una decisión, sino aguantar los contrarios, pues usted misma es una contrariedad que bulle tratando de fusionar las sustancias incompatibles de lo masculino y lo femenino en el fuego del padecimiento, a fin de conformar lo firme e inconsútil. Todos tenemos que pasar por esta especie de molición consciente o inconscientemente, queriéndolo o sin quererlo, pues el hombre se halla crucificado entre los opuestos y sufre hasta que adviene el/lo tercero mediador. No dude de la autenticidad de sus dos elementos, y deje pasar lo que tiene que pasar. Dé usted razón a su hija considerándose una mala madre, defendiendo sus deberes maternos frente a Eranos: pero no dude nunca de que Eranos también es algo auténtico que siempre ha estado implicado en y con usted.

Por lo tanto, hay que aguantar la contrariedad de los contrarios hasta desembocar en lo tercero mediador. Aquí está la clave simbólica de la mitología junguiano-eranosiana, basada en la junción de realidades desligadas. Cabe concebir al Círculo de Eranos como un espacio ritual que acoge al tiempo fluente, ajuntando las realidades desparramadas en conexiones de sentido. Ello es posible a través del simbolismo, ya que el símbolo aparece como un principio configurador de lo real. Eranos debía sobrepasar la atomización del saber, su unilateralidad y dogmatismo consecuente, buscando una cosmovisión holística y sintética basada en el estudio especializado de las teorías cosmogónicas, los ritos de iniciación, las ideas escatológicas, las doctrinas de salvación o redención y los conceptos fundamentales de Dios.